El ajo es conocido por ser una verdura con múltiples propiedades, siendo curativo y pudiéndose incorporar fácilmente en diversas comidas todos los días para mejorar tu salud. Sin embargo, con esta opción puedes tener resultados más rápidos, contando con una concentración mucho más alta.
En el Tibet fue encontrada esta cura milenaria en un monasterio de la región. Basándose en aprovechar las propiedades medicinales que el ajo nos ofrece, ayudando a tratar diversas enfermedades de manera natural.
Esta terapia es totalmente natural y es muy sencilla de hacer, cuenta con beneficios como:
Mantiene nuestras defensas altas
Elimina la grasa acumulada
Mejoramiento en el sistema circulatorio
Aumenta el buen colesterol
Mejoramiento en la función renal
Diminución de los triglicéridos en la sangre
Mejoramiento de la función hepática
Buen depurador
Baja la tensión arterial
También es recomendable su consumo cuando sufres de enfermedades como: sobrepeso, isquemia, sinusitis, gastritis, reumatismo, arterioesclerosis, hemorroides, reumatismo, dolores de cabeza y muchas más.
Lo que necesitarás es:
Ajo (350 gr)
Alcohol de 70 grados de uso interno (250 ml)
Primero machacas bien los ajos y los mezclas con el alcohol, luego lo guardas en un recipiente de cristal que esté muy bien cerrado, lo llevas a la nevera por diez días. Pasados los días sacas el recipiente, lo cuelas y lo refrigeras en la nevera por tres días ¡Ahora si está listo!
¿Cómo consumirlo? En el primer día consumes 1 gota en la mañana, 2 gotas al medio día y por la noche 3 gotas. Al siguiente día, aumentas la dosis, 4 gotas en la mañana, 5 gotas en el medio día y 6 gotas en la noche.
Asi sucesivamente, lo sigues aumentando hasta que llegues a la gota 15, y haces todo lo contrario, disminuyes la dosis como si estuvieras retrocediendo. El día 11 tomas 25 gotas tres veces al día, hasta que termines.
Luego de terminado el tratamiento, coméntanos los resultados.